Más
de una vez me he preguntado si, al abordar este tema, estoy poniendo
el dedo en una importante llaga o si, por el contrario, estoy
formulando una gran banalidad. ¿No estoy, después de todo,
señalando una perogrullada? Y, sin embargo, la economía se compone,
en un altísimo porcentaje, de puras perogrulladas. En realidad, todo
el mundo sabe que no es de "la benevolencia del panadero"
de donde debemos esperar el pan sino de su propio interés pues gana
su pan proporcionándonos el nuestro (¡y cómo a ningún economista
liberal se le ocurrió decir que, en el libre mercado, se cumplen las
aspiraciones de San Francisco de Asís ya que "es dando que se
recibe"!). Sin haber escuchado una palabra acerca de la
"utilidad marginal", mucha gente sabe que "nadie sabe
lo que tiene hasta que lo pierde" o que "la mejor acera
siempre es la de enfrente". No quiero decir con esto que la
economía sea una bobada o, mejor dicho, que toda
la economía lo sea. No es tan atrevida mi ignorancia y además, como
señaló Orwell, muchas veces los mejores libros son los que nos
dicen lo que ya sabemos.... Continuar leyendo